Voces de la Industria: Patrick Devlyn Jr., impulsando la colaboración público-privada en salud

Patrick Devlyn
01 Septiembre 2025 Alina Velázquez

¿Cómo las alianzas estratégicas mejoran la atención médica?

En un contexto donde los desafíos de salud en México se intensifican debido al envejecimiento de la población, el aumento de enfermedades crónicas y las limitaciones presupuestales del sector público, la colaboración entre el sector público y el privado no es solo una opción, sino una necesidad imperante para construir un futuro más sano y resiliente, aseguró Patrick Devlyn, presidente de la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

En entrevista exclusiva para nuestra sección Voces de la Industria, el experto detalló cómo esta alianza estratégica puede cerrar las brechas de acceso a la salud, elevar la calidad de la atención médica y preparar al país para enfrentar futuras crisis sanitarias, fortaleciendo así un sistema más equitativo y resiliente.

Un legado de compromiso empresarial

Patrick Devlyn, proveniente de una familia con una fuerte tradición de participación en organismos empresariales, lidera desde hace casi nueve años la Comisión de Salud del CCE. Su trayectoria está marcada por su experiencia como codirector general de Grupo Devlyn, una empresa familiar con 88 años de historia que opera cerca de 1,200 ópticas en México y Centroamérica.

Inspirado por el ejemplo de sus abuelos, padres y tíos, quienes colaboraron activamente en organizaciones como la Cruz Roja Mexicana, COPARMEX y CANACINTRA, Devlyn asumió el reto de presidir esta comisión por invitación de Juan Pablo Castañón, entonces presidente del CCE.

La Comisión de Salud del CCE, integrada por representantes de 14 organismos empresariales como COPARMEX, CONCAMIN y la Asociación de Bancos de México, ha definido una agenda transversal con seis pilares fundamentales. Entre ellos destacan el enfoque en la prevención y el primer nivel de atención, el desarrollo de indicadores clave de desempeño para medir el impacto de las políticas públicas y la promoción de modelos de colaboración público-privada que impulsen la inversión en salud.

La necesidad de colaboración público-privada

Devlyn subrayó que México enfrenta limitaciones financieras significativas que restringen la inversión pública en salud. A esto se suma el envejecimiento de la población y el creciente perfil epidemiológico de enfermedades metabólicas (obesidad, hipertensión, diabetes) y crónicas, lo que hace indispensable encontrar soluciones innovadoras.

Consideró que todos estos elementos exigen una mayor inversión en salud, que el sector público por sí solo no puede cubrir.

“La colaboración público-privada es crucial porque México no tiene la holgura presupuestal para ampliar significativamente la inversión en salud”, explicó el experto.

“Necesitamos soluciones prácticas y pragmáticas que pongan a los pacientes en el centro, cerrando las brechas de acceso a servicios médicos para prevenir enfermedades, tratarlas a tiempo y controlar las condiciones crónicas o catastróficas. Es tan importante ir encontrando modelos que no estén estigmatizados por temas de ideología política”, añadió.

El objetivo es claro: complementar el presupuesto público con la participación del sector privado para enfrentar los padecimientos y condiciones prevalentes en la población, mejorar su salud a mediano plazo y reducir la carga de enfermedad en el país.

Ejemplos exitosos de colaboración

El presidente de la Comisión de Salud del CCE destacó ejemplos actuales de colaboración que ya operan en el país. Mencionó casos de subrogación donde el sector privado complementa la capacidad instalada pública para ofrecer servicios especializados como hemodiálisis, quimioterapias o radioterapias, especialmente cuando la infraestructura pública es insuficiente o inexistente en ciertas poblaciones.

Además, resaltó el papel vital de los patronatos, como el que él preside en el Hospital Juárez de México y el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), conformados por personas comprometidas con la salud que complementan el presupuesto de las instituciones para facilitar proyectos que benefician directamente la atención médica.

Sin embargo, Devlyn subrayó la importancia de que los modelos de colaboración público-privada sean bien planeados y equilibrados. Enfatizó que es crucial maximizar el uso de la infraestructura pública existente antes de subrogar y que, en el caso de alianzas público-privadas para infraestructura, los contratos deben ser eficientes y convenientes para el Estado, la empresa y, sobre todo, la población.

Al recordar la pandemia de COVID-19, Devlyn lamentó que el plan extraordinario desarrollado por la Comisión de Salud del CCE, basado en las lecciones del H1N1 y enfocado en salud, seguridad, comunicación y economía laboral, no fuera aprovechado por la administración pasada. Esto, según Devlyn, contribuyó a que México fuera uno de los países con el mayor número de muertes, incluyendo profesionales de la salud.

Ante esto, remarcó que para futuras crisis sanitarias —que, dijo, se prevén más frecuentes— la colaboración público-privada es innegociable.

“No se vale ideologizar y politizar la salud. La salud es un derecho constitucional, es un valor humano y no podemos jugar con ello”, sentenció.

Insistió en que la coordinación y cooperación maximizada entre ambos sectores permitirá una mayor capacidad de atención, mejor comunicación y la habilidad de seguir desarrollándose económicamente sin poner en riesgo a las personas.

Incentivar la inversión privada: un llamado a la competitividad

Para fomentar una mayor participación del sector privado en el sistema de salud, Devlyn propone tres estrategias clave.

Primero, mejorar el marco regulatorio para agilizar las autorizaciones de medicamentos y dispositivos médicos, pues indicó que en México pueden tardar hasta siete años, en contraste con los dos años de otros países.

“Esto desincentiva la inversión, ya que las empresas prefieren mercados donde puedan lanzar innovaciones más rápido, beneficiando antes a otras poblaciones”, refirió.

Segundo, optimizar las compras públicas mediante contratos multianuales, especialmente para equipos y dispositivos médicos; ya que estos permiten amortizar costos a largo plazo, reduciendo el impacto económico por paciente y atrayendo más inversión al ofrecer certeza a las empresas.

Finalmente, desarrollar una política pública que fomente la formación de profesionales de la salud, el desarrollo de tecnología y la realización de estudios clínicos en México. Aprovechar la cercanía con Estados Unidos, el mayor mercado de salud del mundo, apuntó, puede posicionar al país como un destino atractivo para la inversión en el sector.

Patrick Devlyn concluyó con un llamado a todos los actores del sector salud, desde inversionistas y profesionales hasta ingenieros y funcionarios públicos. Resaltó que el sector salud, al sumar el valor público y privado, tiene un impacto económico global mucho mayor que otros sectores ampliamente reconocidos, como el energético o el automotriz.

“Es tan importante que trabajemos juntos para representar los intereses legítimos del sector privado, siempre en beneficio y centrados en las y los pacientes y, obviamente de forma secundaria, en el desarrollo económico y, por lo tanto, en mejores niveles de bienestar de nuestra población”, enfatizó.

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