¿Quién controla la mente? La UNESCO pide regular la neurotecnología

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15 Diciembre 2025 Alina Velázquez

La neurotecnología tiene un gran potencial para aportar positivamente al progreso humano; sin embargo, como toda innovación, puede conllevar riesgos si no está regulada adecuadamente. Por ello, la UNESCO emitió un marco normativo mundial sobre la ética en este ámbito.

La Recomendación se centra en establecer protecciones esenciales que aseguren que esta tecnología contribuya a mejorar la vida de quienes la necesitan sin poner en riesgo sus derechos humanos. Aunque entró en vigor el 12 de noviembre del año en curso, su desarrollo implicó un proceso que comenzó en 2019.

Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, comentó que la neurotecnología tiene el potencial de definir la próxima frontera del progreso humano, pero no está exenta de riesgos.

“Con la adopción de este nuevo instrumento normativo, la UNESCO establece límites claros y consagra la inviolabilidad de la mente humana. Este texto encarna una profunda convicción: que el progreso tecnológico solo vale la pena si está guiado por la ética, la dignidad y la responsabilidad hacia las generaciones futuras”, declaró.

La necesidad de proteger la mente

La importancia de la regulación radica en que esta innovación se está desarrollando con la misma rapidez que otras, como la inteligencia artificial. Un informe de la UNESCO reveló que entre 2014 y 2021 se registró un aumento del 70 por ciento en la inversión en empresas de neurotecnología.

Además, este ámbito incluye herramientas que interactúan directamente con el sistema nervioso para estimularlo, modularlo o medirlo. En el campo de la medicina, ofrece beneficios como la estimulación cerebral profunda, que alivia síntomas de trastornos y enfermedades como la depresión y el Parkinson. Incluso, las interfaces entre el cerebro y el ordenador permiten que las personas controlen prótesis y se comuniquen a través de su pensamiento.

El uso médico de la neurotecnología está estrictamente regulado; sin embargo, en otras áreas aún carece de regulación. No solo se encuentra en la medicina: muchos dispositivos de uso común, como diademas o auriculares conectados, utilizan datos neuronales para monitorear la frecuencia cardíaca, el estrés o el sueño.

Los consumidores los usan a diario sin saber que estos datos altamente sensibles —capaces de revelar pensamientos, emociones y reacciones— pueden compartirse sin su consentimiento en cualquier momento.

Con este nuevo instrumento normativo, la UNESCO pide a los gobiernos que garanticen que la tecnología sea inclusiva y asequible, al mismo tiempo que se salvaguarda la salud de la mente humana.

En este documento también se exponen otros riesgos derivados de una regulación inadecuada de la neurotecnología, particularmente en niños y jóvenes cuyos cerebros aún están en desarrollo, por lo que no se aconseja su uso fuera de fines terapéuticos.

Asimismo, se advierte que la aplicación de esta tecnología en entornos laborales para monitorear la productividad o categorizar empleados debe contar con consentimiento explícito y total transparencia.

También se hace énfasis en la necesidad de regular de manera más estricta los productos que pueden promover la adicción o influir en el comportamiento de las personas, a fin de garantizar información clara y accesible para los consumidores.

Audrey Azoulay refrendó el compromiso de la UNESCO de desempeñar un papel destacado en la regulación ética de los avances tecnológicos y científicos.

“La presente Recomendación honra plenamente la misión de la UNESCO de anticipar los principales avances científicos para ponerlos al servicio del interés público. Sin embargo, este innovador paso adelante no puede ser un fin en sí mismo. Ahora, estos principios deben materializarse mediante la legislación nacional y acciones concretas”, concluyó.

Referencias 

Información brindada por la UNESCO: www.unesco.org/es

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