Cubrebocas y respiradores, indispensables para enfrentar la nueva normalidad

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25 Mayo 2020 María José Ramírez/Grupo Expansión

La pandemia ocasionada por SARS-CoV-2 colocó la protección personal sea indispensable, tanto para personal de salud como para la sociedad civil.

 

Tras la etapa de confinamiento, en distintos países se está instituyendo el uso de cubrebocas, requiriendo que sus ciudadanos cubran sus rostros cuando salen de casa, sobre todo cuando visitan los súpermercados, viajan en el transporte público e incluso en aviones.

De acuerdo con el artículo Covid-19: After lockdown a world of mask de Livemint, en países de África como Nigeria, Etiopía o Sudáfrica han impuesto el uso de cubrebocas como medida de protección ante el nuevo coronavirus. Además, en casi toda Alemania y en ciudades como Nueva York se ha adoptado la misma medida.

El mismo artículo señala que en América Latina, en países como Colombia, Cuba o Ecuador es necesario cubrirse la nariz y la boca en espacios públicos. Y la misma estrategia se ha ido adoptando en al menos 10 estados de México, como Nuevo León, Oaxaca, Yucatán, Puebla, Estado de México y la CDMX.

 

En México, la medida de usar cubrebocas en condiciones de aglomeración fue sugerida y respaldada por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde principios de abril. El doctor Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus, señaló que se deben usar estos dispositivos con las precauciones debidas, sin descuidar la higiene y la etiqueta respiratoria.

A raíz de la crisis sanitaria, las mascarillas o cubrebocas se han vuelto parte de la nueva realidad que vivirá la humanidad en cuanto las personas vayan saliendo del confinamiento. Incluso cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que quienes usen estos dispositivos no garantizan su protección ante el virus.

 “Usar una mascarilla de grado médico es una de las medidas de prevención que pueden limitar la propagación de ciertas enfermedades respiratorias virales, incluyendo la COVID-19. Sin embargo, el uso de la mascarilla por sí misma es insuficiente para proveer un nivel adecuado de protección y otras medidas deben de ser adoptadas”, dijo la organización en un comunicado publicado el 6 de abril pasado.

“Se usen o no las mascarillas, es crucial el máximo cumplimiento de la higiene de manos y otras medidas de control y prevención de la infección (IPC por sus siglas en inglés) para prevenir la trasmisión de COVID-19 de humano a humano”, añadió la OMS.

 

Distintos dispositivos: sociedad civil y personal de salud

Los cubrebocas y mascarillas se han convertido en una herramienta indispensable al momento de proteger la salud, tanto de médicos y personal de enfermería como de la población en general, pues son una protección esencial contra los gérmenes. Sin embargo, los dispositivos que usa el personal de salud no necesariamente son las que tiene que utilizar el resto de la sociedad.

En redes sociales los tutoriales sobre cómo armar un cubrebocas se han vuelto muy populares, pero el personal médico y de enfermería no puede fabricar sus propias mascarillas. Los equipos fabricados por laboratorios y fabricantes de dispositivos médicos cuentan con las regulaciones de calidad y normatividad.

David Rodríguez Marín, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Higiene Industrial y gerente de proyectos de Innovare EHS, explica que estos dispositivos se pueden clasificar en tres grandes grupos: los cubrebocas faciales de tela, las mascarillas quirúrgicas y finalmente los respiradores N95, cuya utilidad es proteger a quien los use de respirar contaminantes que estén dispersos en el medioambiente.

“Creo que para el público en general es una buena idea utilizarlos siempre y cuando recordemos que cada vez que tengamos que colocar el cubrebocas casero o la cubierta facial de tela nos limpiemos las manos para evitar el contagio”, dice Rodríguez Marín sobre los cubrebocas caseros o la cubierta facial de tela.

Además, recordó que estos dispositivos deben ser lavados constantemente, porque pueden estar en contacto con una superficie contaminada o uno mismo puede contaminarlos si no llevó a cabo la correcta higiene de manos, disminuyendo la función que tiene.

Sobre las mascarillas quirúrgicas, Rodríguez Marín, quien también participó como experto técnico de protección respiratoria durante la emergencia sanitaria del virus de la influenza AH1N1 en México y América Latina, señala que tienen como objetivo proporcionar una barrera física para proteger al usuario de algunos peligros, como la salpicadura de fluidos.

Las mascarillas quirúrgicas también pasan por una prueba de inflamabilidad para evitar que el material produzca flamas en caso de contacto con una chispa. Al final, pasan por una prueba de biocompatibilidad, donde se asegura que no genere ningún tipo de reacción al contacto con la piel por el material en la composición de las mascarillas.

Los dispositivos con filtros especializados se recomiendan para la población en general, aunque el experto en protección respiratoria hizo énfasis en que los más sofisticados deben ser de uso exclusivo para personal de cuidado de salud, como enfermeras o médicos que estén tratando casos sospechosos o no confirmados de COVID-19.

Los respiradores N95 son parte de la protección personal y normalmente son utilizados en industrias donde hay contaminantes pesados, como en minas o plantas de fundición de acero donde hay una gran concentración de partículas generadas por el medioambiente laboral.

Estos equipos son un poco más sofisticados, pues purifican el aire a través de la respiración, cuando se coloca, en cada inhalación se fuerza a pasar el aire a través a través del medio filtrante que atrapa las partículas, incluyendo las partículas líquidas como las pequeñas gotitas de saliva que pudiesen estar en el medioambiente.

El respirador N95 ha sido señalado como el más efectivo para la protección contra COVID-19, pues con este equipo se trata de generar un sello entre la cara y la pieza facial, aunque se deben tomar en cuenta ciertas consideraciones para que la protección sea efectiva, por ejemplo, el tamaño del rostro que hace que el respirador se ajuste de manera distinta en cada persona.

Además, el experto señala que actualmente, estos respiradores están pensados para personas que están en contacto con pacientes confirmados con COVID-19, como médicos, enfermeras, camilleros, gente o personal de limpieza que está atendiendo áreas u hospitales que manejan pacientes con el nuevo coronavirus, ya que el riesgo para estas personas es mayor.

 “Las guías internacionales sanitarias como la OMS, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, incluso la misma Secretaría de Salud nos requieren dejar este tipo de insumos para personas que están en contacto con personas confirmadas de COVID-19”, afirma Rodríguez Marín.

 

¿Cómo se clasifican estos respiradores?

La clasificación N95 viene de una norma de Estados Unidos que ha sido adoptada en México como la NOM-116-STPS-2009.

Estas normas clasifican respiradores con base en dos parámetros: la eficiencia mínima de filtración, que es un número, y el tipo de filtro que tiene el respirador. Hay tres tipos de filtros: N, que no resisten atmósferas donde hay aceites; R, que resisten estas atmósferas de manera parcial; y P, que resisten o son a prueba de aceites.

“La construcción de este tipo de respiradores tiene un medio electrostático, normalmente es de polipropileno y ese medio electrostático se puede llegar a dañar en presencia de aerosoles aceitosos”, afirma Rodríguez Marín.

De acuerdo con Rodríguez Marín, se espera que estos respiradores atrapen 95? las partículas durante la prueba de certificación.

 

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