El consumo de alcohol y tabaco a edades tempranas, o la exposición al humo en el caso de niñas y niños, tienen un impacto devastador en el neurodesarrollo, con consecuencias que pueden ser permanentes en habilidades básicas y complejas.
Según datos proporcionados por la Doctora, investigadora del Laboratorio de Neuropsicología y Cognición de la Facultad de Psicología de la UNAM, la exposición al humo de tabaco en niños de 6 a 11 años está directamente relacionada con graves problemas de salud mental y cognitiva. (1)
Un estudio de la UNAM revela cifras alarmantes sobre los efectos del humo de tabaco en el neurodesarrollo infantil. Indicó que entre los niños de 6 a 11 años expuestos al humo del tabaco, más de una quinta parte desarrolla trastornos mentales (22.1%), sufre de depresión (21.7%) y tiene problemas de comportamiento (21.7%), mientras que casi una quinta parte (19.3%) presenta problemas de aprendizaje.
Estos datos resaltan el grave riesgo al que están expuestos los menores de edad que conviven en entornos donde el tabaco es un factor constante.
Consecuencias a corto y largo plazo
El cerebro infantil atraviesa un periodo crucial de desarrollo en la preadolescencia y adolescencia, con un crecimiento exponencial de conexiones neuronales en la corteza prefrontal. La exposición a sustancias como el alcohol y la nicotina puede alterar este proceso, provocando daños que se reflejan en el deterioro de habilidades clave como la atención, el aprendizaje, la memoria y las habilidades motoras.
El consumo de estas sustancias también afecta negativamente las funciones cognitivas complejas, como el razonamiento y el lenguaje, así como las emociones secundarias, incluyendo la empatía y la toma de decisiones.
El abuso del alcohol, en particular, disminuye y modifica la actividad cerebral, mientras que el tabaco incrementa el reflujo gástrico y causa problemas respiratorios.
Expertos del programa "No Está Chido", iniciativa de Río Arronte Fundación y el Consejo de la Comunicación, destacan que el consumo temprano acelera el envejecimiento cerebral, daña las neuronas y disminuye el número de receptores de dopamina.
Además, la actividad cerebral se reduce en zonas vitales como la corteza prefrontal, el Sistema Límbico y el lóbulo temporal, lo que agrava los problemas de aprendizaje, la lentitud para pensar y la dificultad para interpretar las emociones propias y ajenas.
Los especialistas insisten en que evitar el consumo de alcohol y tabaco en la niñez y adolescencia es fundamental para garantizar el desarrollo sano del cerebro.
La prevención temprana es la mejor herramienta para proteger a los jóvenes de afectaciones que pueden ser permanentes y asegurar un futuro con un desarrollo cognitivo, emocional y conductual pleno.
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Referencias:
1) Sotomayor, M. A. (s.f.). Cerebro en desarrollo: efectos del consumo de alcohol y cigarro a temprana edad. Noestáchido.org. Recuperado el 18 de agosto de 2025, de https://noestachido.org/cerebro-en-desarrollo-efectos-del-consumo-de-alcohol-y-cigarro-a-temprana-edad/