Innovaciones en salud: Tecnología que eleva la calidad de vida

gabriel
08 Septiembre 2025

El Dr. Gabriel Ascanio Gasca, miembro de la Academia Mexicana de Ingeniería y editor en jefe del Journal of Applied Research and Technology, es un pionero en bioingeniería aplicada a la salud digestiva. Su trayectoria incluye la participación en el desarrollo del estómago artificial, un prototipo que permite estudiar procesos digestivos con un nivel de realismo sin precedentes, optimizando tanto la investigación de fármacos como la educación médica.

Durante su conferencia en Expomed Hospitalar México 2025, el Dr. Ascanio explicó cómo la digestión es un proceso complejo que involucra múltiples etapas y mecanismos, desde la deglución hasta la evacuación intestinal.

La relación entre salud y tecnología está experimentando una auténtica revolución. La ciencia no solo se enfoca en crear tratamientos más efectivos, sino también en diseñar herramientas que permitan comprender mejor el cuerpo humano y anticipar problemas antes de que afecten gravemente la salud de los pacientes.

En este contexto, el estómago artificial desarrollado por el Dr. Gabriel Ascanio Gasca presenta una innovación disruptiva en el ámbito de la investigación médica y la biotecnología.

La importancia de comprender la digestión

El proceso digestivo, aunque cotidiano, es sorprendentemente complejo; más de 50 músculos y nervios participan en la deglución, una acción que damos por sentada, pero que puede verse afectada por condiciones como la aspiración (cuando líquidos o alimentos entran en los pulmones) o la disfagia (incapacidad para tragar). Ambas pueden tener consecuencias graves, incluso fatales.

Tradicionalmente, estos problemas se estudian con técnicas de rayos X y soluciones de contraste como el sulfato de bario; sin embargo, dichas pruebas son limitadas y poco prácticas para un análisis continuo. De ahí surge la necesidad de contar con simuladores que repliquen el sistema digestivo de manera más precisa.

Simuladores internacionales: antecedentes valiosos

Antes del desarrollo mexicano, algunos países ya habían creado simuladores gástricos avanzados, capaces de reproducir los movimientos peristálticos del estómago e intestino. Un caso notable es el equipo desarrollado en Holanda, cuya renta anual ascendía a 110 mil euros. Estos simuladores permitían estudiar la asimilación de nutrientes y la desintegración de alimentos sin necesidad de ensayos invasivos en humanos.

Aunque útiles, presentaban desventajas: costos elevados y limitaciones visuales, ya que no siempre era posible observar en detalle cómo fluía el alimento durante el proceso digestivo.

Nace el estómago artificial mexicano

Con estos antecedentes, el Dr. Gabriel Ascanio y su equipo de investigación desarrollaron un prototipo de simulador esofágico y gástrico en México. El diseño reproduce la forma en J del estómago humano, mide aproximadamente 15 centímetros y es transparente, lo que permite observar directamente cómo se comportan los alimentos y medicamentos durante la digestión.

El simulador reproduce con precisión las contracciones gástricas, conocidas como ondas peristálticas, y simula presiones cercanas a las reales (24-25 mmHg en adultos sanos). Gracias a estas características, se convierte en una herramienta cercana a la fisiología real del cuerpo humano, mucho más precisa que los dispositivos usados actualmente en farmacopeas internacionales.

Experimentos clave: de los alimentos a los fármacos

Para validar su funcionamiento, el estómago artificial se probó con diferentes alimentos, como melón y salchicha, tanto en cubos como triturados. Después de 45 minutos de mezcla con jugos gástricos, ácido y enzimas como la pepsina, se midieron las diferencias de desintegración.

El resultado fue claro: mientras que los alimentos con alto contenido de agua, como el melón, no mostraron diferencias significativas, las salchichas sí evidenciaron un nivel de desintegración más realista y cercano a lo que ocurre en un estómago humano.

El simulador también se utilizó para probar la disolución de medicamentos, específicamente la prednisona, un corticosteroide de baja solubilidad en agua. Según la farmacopea estadounidense, los ensayos actuales consisten en colocar la pastilla en agua con un agitador mecánico, un método criticado por su falta de realismo; pues, evidentemente, los humanos no tenemos un agitador en el estómago.

Con el simulador gástrico, en cambio, la prednisona mostró un comportamiento de disolución más lento que con el agitador, pero más cercano a lo que ocurre en condiciones reales del cuerpo humano. Este avance no solo ofrece datos más confiables, sino que también abre la puerta a un mejor diseño de medicamentos.

La creación del estómago artificial representa un avance en tres niveles fundamentales:

  • Científico: permite a investigadores estudiar con precisión la digestión y el comportamiento de medicamentos sin depender exclusivamente de ensayos clínicos invasivos.

  • Económico: ofrece una alternativa más accesible frente a los costosos simuladores internacionales, posicionando a México como un actor competitivo en innovación biomédica.

  • Social y de salud pública: al mejorar la comprensión de la digestión y la eficacia de medicamentos, se abren nuevas posibilidades para diseñar tratamientos personalizados, lo que eleva directamente la calidad de vida de los pacientes.

El futuro de la tecnología digestiva

El desarrollo del simulador gástrico no solo beneficia a la farmacología, sino también a la nutrición, la ingeniería biomédica y la investigación clínica. Con más inversión y apoyo institucional, México podría convertirse en un referente mundial en este tipo de tecnologías, capaces de salvar vidas y mejorar la eficiencia de los sistemas de salud.

La conferencia magistral del Dr. Gabriel Ascanio Gasca, miembro de la Academia Mexicana de Ingeniería, mostró cómo la innovación tecnológica aplicada a la salud puede tener un impacto transformador.

El estómago artificial mexicano no solo reproduce de manera realista los procesos digestivos, sino que también revoluciona la forma en que se investigan alimentos y medicamentos.

En un mundo donde la medicina personalizada y la biotecnología marcan el futuro, este tipo de avances son un recordatorio de que México tiene el talento y la capacidad para liderar la innovación en salud.

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