Urgente incluir a las mujeres en decisiones de salud

mujeres toma de decisiones
19 Octubre 2021 María José Ramírez/Grupo Expansión

¿Cómo lograr que las mujeres participen más en puestos de liderazgo y salud pública?

El 31 de diciembre se cumplirán dos años desde que la Comisión Municipal de Salud de Wuhan (provincia de Hubei, China) notificó sobre casos de neumonía en esa ciudad. Posteriormente, se determinó que estaban causados por un nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2.

Desde entonces, las naciones del mundo se mantuvieron informadas y cuando el brote fue declarado pandemia se volcaron a crear planes de contención. Más de una vez se han destacado las labores de mujeres líderes, entre las que han destacado mandatarias como Angela Merkel, canciller de Alemania desde 2005; Jacinda Arden, primera ministra de Nueva Zelanda; e incluso Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, quienes elaboraron estrategias para gestionar la pandemia.

Juana Ramírez, CEO de Grupo SOHIN, charló sobre el papel de la mujer en posiciones de liderazgo y su participación en la toma de decisiones en cuestiones de salud. Durante su ponencia “Salud femenina y profesionales clínicos. Atención médica especializada en este sector”, dentro del Healthcare Strategy Summit 2021, destacó que las decisiones sanitarias las siguen tomando los hombres.

Además, recordó que la pandemia ha significado el mayor reto de sanidad pública del mundo, pero se ha logrado que la salud tenga un lugar prioritario. Sin embargo, la pandemia sorprendió al país con un sistema sanitario deteriorado, que ya tenía muchas necesidades y quedó destrozado.

Asimismo, Ramírez mencionó que la pandemia llegó cuando el derecho a la salud es limitado. En ese sentido, explicó que hay pacientes más privilegiados con acceso a lo necesario para atenderse: la oportunidad de un diagnóstico temprano, el acceso a medicamentos, tecnología, entre otros. La ponente alertó que este tipo de usuarios representan apenas 5% de la población mundial. Mientras que los menos privilegiados cuentan con algún tipo de afiliación de salud, dependiendo de cuadros básicos y restricciones en cuanto a la cobertura.

“Incluso teniendo la misma derechohabiencia hay una diferencia importante en el paciente que vive en una ciudad principal y el que vive en provincia”, aseveró la experta y explicó que, actualmente, existe un nivel de incertidumbre con respecto de la cobertura de salud pública.

Aun antes de la emergencia, el sistema de salud no necesariamente proveía lo necesario al personal sanitario ni suficientes recursos para tener plantillas completas en los hospitales. Pero la crisis continúa cuando hay vacunas con mayor validación científica y que permiten viajar a otros países, mientras que con otras dosis existen restricciones de movilidad.

Para Ramírez, la situación de la salud es tan compleja que no puede ser resuelta por un solo líder u organismo. “Necesitamos entender que trabajar en ecosistemas de colaboración y de innovación es absolutamente necesario”, subrayó y agregó que poner al paciente en el centro no es negociable.

 

Entendiendo la realidad de las mujeres respecto a la salud

Ramírez recordó que las mujeres son tomadoras de decisiones en cuanto a la salud familiar. Asimismo, parecen entender más el lugar prioritario de la salud, pues algunas mandatarias del mundo lograron crear mejores estrategias para gestionar la pandemia: Merkel mandó a hacer pruebas a la población antes que otras naciones del mundo; Ardern tomó medidas tempranas e impuso un confinamiento; Sheinbaum creó una campaña para el uso de cubrebocas.

“Para las mujeres no hay discrepancia entre economía y salud. No es difícil para nosotras decidir que lo primero, que lo vital es la vida”; por ello, mencionó que las mujeres deberían de tomar un mayor número de decisiones en salud. Además, aseguró que el tema no se trata solo de medicamentos, de equipos, de hospitales o de personal sanitario, sino también de personas.

 

Según la ponente se debe reconocer tres dimensiones de la mujer dentro de la salud:

  1. Mujeres profesionales de la salud. Si bien hoy en día es mayor la inscripción de mujeres a la carrera de medicina y más del 65% de los trabajadores del sector salud público y privado son mujeres, menos del 5% de las instituciones del país tienen una mujer como directora general. Por lo que la participación de las mujeres como jefas de estado sigue siendo diminuta. Para Ramírez, hace falta formar a las mujeres no solo como grandes profesionales, sino como líderes.
  1. Mujeres cuidadoras. Según datos de la OMS, 97% de los pacientes en el mundo son cuidados por una mujer. Ramírez explicó que esto se debe a una cuestión cultural y no profesional. “En esta famosa cultura del cuidado que nos dejaron a las mujeres, [...] también nos tocó el cuidado de los enfermos”. Sin embargo, el papel de cuidadora entorpece la vida profesional de la mujer. Para lograr que las féminas se desarrollen personal y profesionalmente, se debe cambiar la cultura del cuidado. “No es que los hombres ayuden”, sentenció la experta y explicó que se busca que la responsabilidad sea de dos, para que ambas partes se puedan desarrollar de la misma forma.
  1. Mujeres pacientes. Este es el papel más difícil, puesto que: “97% de las pacientes con cáncer de mama son mujeres, y el 20% de todos los casos de cáncer son cáncer de mama”, comentó la ponente. Encima de la difícil situación, las féminas deben lidiar con el rechazo, pues más del 50% de las mujeres con cáncer de mama o enfermedades crónico degenerativas son abandonadas por sus parejas durante o después del tratamiento.Cuando una familia recibe una noticia complicada sobre una enfermedad, cuidar no es fácil, así tampoco contener a los pacientes. Por ello, es necesario compartir la responsabilidad del cuidado.

Por último, Ramírez urgió a que las mujeres tuvieran mayor participación dentro de las decisiones de salud pública, así, no dejaría de ser una prioridad para cualquier administración. De esta forma, se puede mejorar la atención del sistema público, las instituciones y el acceso a la tecnología, así como a tratamientos. La responsabilidad de mejorar el acceso es de todas las personas, pero contar con la perspectiva femenina puede resultar bastante benéfico.

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