Un estudio de la UNAM sugiere que la obesidad prevalente en México podría explicar por qué la mayoría de las mujeres desarrollan cáncer de mama a edades más tempranas y son diagnosticadas en etapas avanzadas, en comparación con otras naciones.
Sandra Lorena Romero Córdoba, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, participó en un estudio interinstitucional entre esta institución pública, el Instituto Nacional de Medicina Genómica y la Fundación de Cáncer de Mama, donde se demostró que entre el 60 y 70% de las mujeres con este tipo de tumores malignos son diagnosticadas en etapas avanzadas.
El promedio de edad en el que una mujer mexicana recibe el diagnóstico de cáncer de mama es de 52 años, mientras que en países como Estados Unidos, Canadá y algunos de la Unión Europea la edad en la que las pacientes presentan dicha enfermedad es a los 62 años.
Según la especialista, los datos epidemiológicos muestran un contraste marcado: mientras el 60-70% de las mexicanas reciben el diagnóstico en etapas avanzadas de cáncer de mama, la mayoría de las mujeres en otros países son diagnosticadas en estadios tempranos.
La respuesta al porqué de esta situación la tienen la científica y su equipo de trabajo, quienes estudian la relación entre la obesidad prevalente en la población mexicana y el envejecimiento temprano de la misma.
Este factor puede afectar también al envejecimiento prematuro del tejido tumoral mamario, debido a que la obesidad parece acelerar el proceso del deterioro de este, debido a que atrofia los adipocitos, células encargadas de almacenar la grasa.
En estos casos, el adipocito pierde su forma, aumenta su tamaño y explota; ante esta situación el sistema inmune reacciona para ver cómo repara lo dañado y se genera inflamación, la cual detona en el envejecimiento acelerado y finalmente contribuye a que las mujeres presenten este tipo de cáncer en edades más jóvenes.
Durante el estudio interinstitucional, los científicos analizaron la información genómica de más de 200 mexicanas y la compararon con datos públicos de mujeres de otras naciones.
De acuerdo a la científica, los resultados les ayudaron a encontrar patrones en los tumores de las mexicanas que demuestran cómo se altera el ADN para producir la enfermedad en ellas.
Una caracterización o factor que influye es conocido como "asociado a la edad o de reloj", el cual se refiere al hecho de que con el paso del tiempo nuestros órganos acumulan mutaciones como parte del envejecimiento.
Dicho factor fue más prevalente en las mexicanas que en las mujeres de otros países, con 40 por ciento de la población que lo presenta, aún a edades más tempranas.
“Pensamos que hay un envejecimiento acelerado del tejido mamario tumoral. Quiere decir que la edad de la paciente es 52 años, pero en realidad el tejido tumoral tiene una edad de 62. Hoy contamos con diferentes relojes moleculares para entender la edad del órgano, la biológica, la cual puede ser distinta a la cronológica”, detalló.
La investigadora recalcó que la obesidad es un problema de salud pública considerable, ya que en México 80 por ciento de la población presenta sobrepeso y el país ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en diabetes, por lo que la población es susceptible a desarrollar varios tipos de enfermedades, incluido el cáncer de mama.
“Queremos proveer de evidencia científica de que la obesidad sí puede estar guiando este fenómeno, para subrayar lo relevante que es tener control de ella”, dijo.
Sandra Romero concluyó con la precisión de que la obesidad puede tener importantes consecuencias no solo en el cáncer, sino en enfermedades crónico degenerativas, metabólicas, ortopédicas, debido a la inflamación sistémica que produce.
En 2024, los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte en la población mexicana, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, con una cifra de 47 mil 439 fallecimientos por esta causa. En el caso de las mujeres, las defunciones aumentaron de 23 mil 842 en 2023 a 24 mil 896 en 2024.